Proliferación del acné
La producción de sebo, la termorregulación, el balance del pH de la piel y la regulación de la
pérdida de agua son funciones de la piel, pero la excesiva producción de sebo genera apariencia
brillosa, grasitud y poros abiertos que ayudan a la aparición de lesiones de acné.
La producción alterada de sebo (grasitud) junto con la acumulación de células muertas producen
la obstrucción de los poros creando un ambiente propicio para la proliferación de la bacteria
Propionibacterium acnés (P. acnes).
Rutina de limpieza para la piel grasa
La piel grasa debe tener cuidados especiales y una rutina de limpieza diaria.
Es importante contar con el producto de limpieza adecuado, aunque suene contradictorio los
productos que contienen fase grasa o aceite en su formulación como una leche de limpieza, son
los más adecuados para ya que logran remover el sebo de la piel. La piel debe sentirse suave, no
reseca luego de la limpieza.
Liberación de los poros
Los productos que contienen ácido salicílico en su formulación suelen ser muy adecuados, ya que
no solo exfolia sino que elimina el sebo de los poros.
Los tónicos que son demasiado astringentes deben ser usados solo una o dos veces por semana ya
que pueden generar irritación y sensibilidad.
Hidratación de la piel
Otro punto muy importante, y que no debe saltearse en nuestra rutina diaria es la hidratación. La
piel grasa debe mantenerse hidratada para tener una barrera intacta, la hidratación debe darse
con una crema liviana sin componentes pesados que obstruyan los poros de la piel. Son ideales
aquellos con ácido Hialurónico y agentes hidratantes como la glicerina.
Siempre debe mantenerse la antes de irse a dormir o incluso mejor al llegar a casa
luego del día de actividad para que pueda respirar.